El libro presenta un camino para recuperar la armonía social desde la vinculación con la Divinidad, con la ceración, con los ancestros y con la comunidad, donde la persona se sienta abrazada por la ternura misericordiosa de Aquél que lo ama. Un camino que necesita de una relación afectiva con una persona para resignificar las frustraciones y el dolor, y se rata d la persona de Jesús, como el herido puesto de pie. Allí está la fuerza para reconstruir el tejido social desde sus raíces.