LAS REDES VECINALES DE SOLIDARIDAD: UNA RESPUESTA ANTE LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA.
Economía para la Contingencia
Resumen
La economía mundial pasa por un episodio de crisis pronunciado que es producido tanto por el COVID-19 como por el mismo ciclo económico del sistema. Entender el ciclo económico típico nos permitirá comprender los riesgos actuales ante la crisis, tanto a nivel micro como macro. Las respuestas económicas que podemos dar requieren pensar más allá del sistema capitalista y considerar los mecanismos de solidaridad y Buen Convivir como alternativas para una vida digna.
¿Cómo es la Economía del Mundo?
La economía siempre ha sido un tema de vital en la sociedad moderna; se ha convertido en el instrumento de medición la temperatura de los países, ciudades, comunidades y, sobre todo, de las empresas transnacionales que cotizan en la bolsa de valores.
Sin embargo, hoy sobran noticias en los periódicos, en sus versiones impresas o cibernéticas, que hablan de la gran crisis en la que han caído los países afectados por la pandemia. Hoy reina la incertidumbre pues nadie puede prever con certeza el futuro de la economía y, eso, genera mucha angustia entre todos.
Pero ¿qué significa que no nos vaya bien económicamente?, ¿qué significa una crisis?, ¿cuáles son los mecanismos que pueden atrofiarse en medio de esta crisis?
Economía y sus ciclos, en resumen.
Primero, el ciclo económico natural básico tiene una constante y variable: el tiempo y la actividad económica, respectivamente.El tiempo es una constante, porque es tal que no puede modificarse: es lo que hay y es finito para todos los seres. Lo segundo es la actividad económica, esta es la que puede variar a partir de su ejecución, implementación de tecnologías y otros elementos. De tal forma que el plano queda básicamente así:
Ahora, la teoría económica clásica dice que, si bien el tiempo es constante, la actividad económica sigue un ciclo particular que se ve afectado por el crecimiento poblacional y otros elementos específicos. El ciclo se resume así:
- Cuando la economía se activa se da “una subida” que se le llama “expansión económica”, esto significa que se está produciendo riqueza (por la producción o transformación de productos básicos), a la vez que se incentiva el consumo como medio para que el dinero circule. En esta etapa, todos los miembros de la sociedad, o una gran parte, van aumentando su riqueza (y que se mide materialmente).
- Luego, debido a los recursos limitados, la expansión no puede durar siempre por lo que llega a un “pico” conocido como “auge”. Muchas naciones hoy en día buscan mantener la producción y el consumo lo más posible (cosa que no dura eternamente).
- Después, por las variables que afectan la actividad económica (crecimiento poblacional, reducción de recursos, etc.), el auge no puede sostenerse y empieza una caída menos o más pronunciada y se conoce como “recesión”. Es decir, baja el consumo, la renta, etc.
- Entonces se llega a una curva onda llamada “depresión”, donde el consumo, producción, renta, etc., son prácticamente nulos, es decir, no hay flujo de recursos y por ello, no hay movimiento económico.
- Finalmente, se espera una etapa de “recuperación” cuando nuevamente se da una expansión y así indefinidamente.
El resultado es que, la economía en nuestro mundo hoy es una verdadera montaña rusa:
Por último, la causante de este ciclo económico es un Flujo Económico Básico que se reduce a ingresos y egresos, entradas y salidas. Es decir, es una cadena circular que desde la economía actual se puede expresar así:
Círculo Externo | Círculo Interno |
Las unidades de producción actual son las empresas, éstas crean riqueza a través del trabajo de las personas que en ellas laboran. | Ahora bien, para que la Empresa funcione, necesita ciertos Bienes y Servicios que producen otras empresas o individuos, lo que representa un costo (egreso). |
Esos trabajadores son obtenidos en el Mercado de Factores de Producción, esto representa un costo (egreso) para la empresa, el cual son los Salarios. | Esos Bienes y Servicios a su vez se traducen en salarios (ingresos) para las familias. |
Esos salarios, igualmente, son la renta que ingresa en los hogares y que las familias gastan (egresan) para obtener Bienes y Servicios en el mercado respectivo. | Las familias, consumen (egresos) del Mercado de Factores de Producción. |
Esos Bienes y Servicios son los mismos producidos por los trabajadores y que representan un ingreso para las empresas. | Estos Factores de Consumo empleados significan un ingreso para las empresas. |
Las Crisis
Ahora ¿por qué suceden las crisis?
Como se puede observar, la estructura es como una ingeniería de reloj que necesita estar en constante movimiento a través de ingresos y egresos constantes. La sangre que materializa los ingresos y los egresos es el dinero. Dicho dinero está regulado de tal manera que se sustenta con una producción más o menos real y la demanda internacional de la misma moneda, cuyos factores dan valor al dinero, agregando el tema de la emisión de la moneda.
Ahora, usando sólo un dato, imaginemos el aumento de población a tal nivel que lo producido no es suficiente, pues los recursos son limitados. Entonces, el dinero se reparte entre más personas y resulta que podemos obtener menos cosas cada quién. El consumo va disminuyendo y se va haciendo más complicado hasta que finalmente el sistema no puede sostenerse por sí mismo y colapsa. Lo único que podría regular el tema poblacional sería que se redujera… a través de una pandemia y o una guerra.
Lo anterior es sólo un ejemplo de un factor, el poblacional, pero lo mismo puede darse por factores de producción monopolizados y otras tantas cosas. El resultado es la depresión, es decir, la economía se para por completo y el flujo se congela.
¿Reavivar el capitalismo?
La pregunta que aqueja a todos es ¿cómo revitalizar la economía? ¿Cómo volver a hacer que la máquina vuelva a funcionar? Lamentablemente, la única manera de reactivarla es, literalmente, reiniciarla. Y necesariamente nos preguntamos ¿Cómo reiniciar algo que siempre está andando?
El problema del sistema capitalista sea del corte que sea, subsiste un flujo de entradas y salidas, ingresos y egresos. Pongamos un ejemplo simple para explicar parte del problema.
Digamos, “empresa X” le da dinero en préstamo a “empresa Z”. “Empresa Z” debe devolver el dinero por lo que, normalmente, emplea el dinero para hacer crecer el negocio y así pagarle a “empresa X”. Para eso el negocio debe montar, es decir, generar riqueza que permita retribuir lo que se dio en préstamo e intereses. El problema surge cuando los ingresos se detienen, y entonces ya no se puede seguir pagando lo dado en préstamo.
¿Cómo cubrimos una deuda cuando no hay forma de pagarla sin ingresos para hacerlo? Ese es el dilema de muchas empresas y personas físicas a raíz de la pandemia. Pues bien, la manera en que se ha hecho tradicionalmente este “reavivamiento” ha sido como más bien una prolongación de muerte.
Primero, quienes tienen más dinero (en general instituciones bancarias o países), dan en préstamos dinero a los gobiernos para que estos, den el dinero a las empresas o las unidades productoras de riqueza. Entonces los engranajes comienzan a moverse nuevamente, el dinero llega a las personas, estas consumen y la máquina vuelve a andar. Entonces, uno podría decir ¿qué es lo malo? Pues, que los préstamos no vienen sin intereses.
Si ya se tenían deudas e intereses que pagar, ahora se tienen segundas deudas con más intereses. Entonces, las unidades económicas (sean empresas o familias), tienen que producir todavía más riqueza para poder cubrir todo; si antes trabajaban unos siete años para cubrir la primera deuda, ahora tendrán que trabajar catorce años. Es una dinámica esclavizante que se ve normal porque, en la lógica del mundo actual, ¿por qué no debería pagarle el préstamo a quien me ha dado para salir del aprieto?
Sin embargo, esta lógica tiene terribles consecuencias:
- Producción de riqueza limitada – ¿Cómo podremos pagar las deudas si llega un momento en que ya no se puede producir más riqueza? Como bien sabemos, la riqueza es limitada, no es eterna. No podemos explotar mares, animales y plantas como si no hubiera fin; y todos estos recursos deben alcanzar para todos y podamos comer y vivir. Entonces, llega un límite para algunas unidades económicas en que no puedan capturar la riqueza y, así, pierden la posibilidad de pagar las deudas.
- Lógica de acaparamiento – ¿Cuándo pierden quienes prestan dinero? Es muy difícil que, quien tiene la capacidad dar en préstamos cantidad alguna, puedan perder realmente algo. Normalmente quienes piden el dinero son los que ponen como garantía bienes que tienen un valor por mucho muy superior, presente y futuro, de lo que han pedido en préstamo. En consecuencia, si no pueden pagar, quien les dio el dinero en préstamo se quede con aquél bien y, a la postre, termine ganando. Quien entiende los ciclos económicos no hace más que ganar. La única manera en que pudiera realmente perder es si realizara algo ilógico o un error de magnitudes catastróficas. Ahora, eso entonces significa que los recursos siguen quedándose en sus manos y, por lo tanto, no sólo no lo pierde, sino que tiene tendencia a ir incrementando, pues lo obtiene del pago de lo prestado más los intereses acumulados. Es como si todos viviéramos para alimentar a un gran granero que nunca termina de vaciarse pero que tampoco reparte el dinero entre todos, sino que lo tienen los mismos dueños de dichos bancos.
- Desechos del sistema – Indudablemente, tarde o temprano esto termina generando “personas desecho”, es decir, gente que no puede ya insertarse en el sistema porque ya no hay lugar para ellos. todo está saturado. Para ellos, no queda más remedio que la vagancia o la muerte. Esto sucede inevitablemente en un sistema regido totalmente por la perspectiva de ganancia.
¿Balancear el sistema?
¿Cómo entonces se puede balancear un sistema así? Ahí es donde entra la palabra crisis y no viene sola.
Como ya hemos mencionado, el problema del capitalismo es generar una deuda interminable por su propio ciclo y el método de solución común es inyectar dinero en los ciclos económicos. Ahora, es necesario aclarar la inyección por medio de préstamos o aquella mediante la repartición de riqueza que el estado hace por subsidios. La segunda, en tiempo de crisis, resulta más beneficiosa que la primera para todos, sin embargo, no es perfecta.
Si el dinero que inyecta el Estado, para dar una especie de “choque eléctrico” que intente hacer reaccionar el corazón, no es suficiente para cubrir incluso las deudas y los intereses existentes, entonces no serviría de nada. Sería como un cuerpo falto de sangre y que una transfusión no fuera suficiente, sino que necesitará más. El problema es, en efecto, que el dinero seguiría yéndose a los que acaparan el dinero y aumentando su riqueza.
Por eso luego algunos gobiernos desesperados recurren a una antigua medida: la emoción de moneda. Lamentablemente, esta medida no funciona por la misma norma de la oferta y la demanda: si hay más dinero circulando, entonces se puede pedir más por cada producto que sea limitado de conseguir. Los efectos son: inflación (el dinero vale menos).
Otras medidas más pueden llevar la lógica del endeudamiento para el pago: emisión de bonos que serán pagaderos bajo un interés fijo, solicitar préstamos externos, etc. Todos bajo la dinámica del endeudamiento para luego pagar los intereses.
Pero hay otras “soluciones” que son más oscuras y que tienen como principales aliadas a los desastres (guerras, pandemias y demás).
Hay personas que han pensado a lo largo de la historia lo siguiente: “si el problema es que no hay suficiente riqueza para que todos tengan algo, entonces no intentemos aumentar la riqueza, más bien disminuyamos a la gente”. En ese sentido, las guerras, las pandemias de alta mortalidad y demás desastres naturales son aliadas de la economía capitalista y la razón se explica con la frase del párrafo anterior.
Cuando las opciones más agresivas de aumentar la riqueza invadiendo a un país no funcionan, las catástrofes son las respuestas ideales para la disminución de personas. ¿Eso significa que el COVID-19 tiene esta finalidad?
Considerando la fecha de realización de este artículo, hay un total de 2,658,387 de casos confirmados en el mundo y una cantidad de 185,434 muertes, significaría que la tasa de mortalidad es de 6.94%. Para que existiera un verdadero impacto en la repartición de riquezas sería necesario una cantidad de contagios y decesos por demás mayor, por lo que no podemos decir que este virus realmente este generando una especie de “balance”. Esto se ve con muchísima claridad si observamos las muertes en la Primera Guerra Mundial con un estimado entre 20 y 30 millones de muertes, o de la Segunda Guerra Mundial con un estimado entre 80 y 140 millones. Estaríamos hablando de una cantidad máxima de 170 millones de personas, cerca de un 1000% más de lo que ahora ha causado el COVID-19; con la tasa actual del virus mencionado, tendría que infectar un total de 2,437,124,745 personas para alcanzar semejante nivel, es decir, un 33.38% de la población estimada en 2015, es decir, 7,300 millones.
Aunque lo anterior pudiera ocurrir, la cantidad de fallecidos no sería ni por mucho simbólica para afectar la cantidad de pobladores que existen hoy en el mundo, por lo que las teorías de conspiración de regulación quedarían con poco sustento.
Pero entonces ¿no existe una solución ideal? ¿No existe realmente alguna solución de raíz?
Por José Ricardo Marchand Aguilar
Área de Administración del Centro de Investigación y Acción Social por la Paz.