LAS REDES VECINALES DE SOLIDARIDAD: UNA RESPUESTA ANTE LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA.

 LAS REDES VECINALES DE SOLIDARIDAD: UNA RESPUESTA ANTE LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA.

Resumen

Los cambios abruptos derivados del inicio de la pandemia en el año 2020, en especial en América Latina y particularmente en México, incitó a la creatividad y mejora de los procesos de gestión comunitaria tanto de instituciones y como de organizaciones sociales, para poder promover la solidaridad de los ciudadanos ante la emergencia sanitaria. Este mismo contexto se vio afectado el trabajo del CIAS por la Paz en las comunidades de Huatusco en Veracruz; San Miguel Octopan, Gasca, Yustis y Roque en Guanajuato; y Chalco en el Edo. de México; en las que se desarrollaban proyectos de reconstrucción del tejido social. Ante una situación tan apremiante en la cual todos nos vimos vulnerables, es que surgen las Redes Vecinales de Solidaridad como un esfuerzo para atender esta problemática común y seguir con la organización comunitaria como respuesta a estas situaciones. Este pequeño artículo busca exponer algunas de las estrategias utilizadas para convocar, articular e implementar las REVES, así como mostrar algunos de los resultados que se tuvieron. La intención es contar con un documento que permita mirar la experiencia en el desarrollo de la propuesta y dar claves para su reconversión o actualización.

Recuperación de aprendizajes y reuniones virtuales.

La recuperación del proceso vivido en las comunidades en las que se implementaron las Redes Vecinales de Solidaridad es un elemento esencial para el Centro de investigación y Acción Social por la Paz (CIAS por la Paz). La emergencia sanitaria vino a convertirse en un impedimento para el desarrollo de nuestros proyectos de reconstrucción del tejido social (y de muchas otras instituciones), no obstante, también permitió desarrollar un laboratorio social en el cual se implementaron metodologías de fortalecimiento de los vínculos, la identidad y los acuerdos en medio de la crisis sanitaria.

La metodología de las REVES fue redactada con pasos muy sencillos para que pudieran ser replicados por casi cualquier grupo de vecinos. Primero este grupo debía definir un coordinador municipal o parroquial que ayudará a sumar a nuevos actores a la red; después, sectorizar la localidad con ayuda de un mapa y designar responsables para cada sector; dentro estos sectores se tendrían que organizar grupos de whatsapp y un enlace por calle para favorecer la comunicación y articulación; y finalmente, organizar con los enlaces el acopio local de alimentos o medicamentos y mantener un monitoreo de la situación de las personas vulnerables que los recibirían.

Mediante esta metodología se intentaban atender tres grandes necesidades emergentes: a) la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables, b) el fortalecimiento de la economía local ante el cierre de establecimientos o cambio en las reglas de su operación y c) la salud emocional de los integrantes de las familias.

En este documento tratamos de identificar algunos aprendizajes de la construcción de estas redes vecinales a partir de documentación audiovisual de capacitaciones sobre las REVES y del seguimiento a quienes las aplicaron en sus comunidades. Además, retomamos las opiniones de representantes de instituciones que conocieron y aplicaron la propuesta como Esther Nissan, doctora en Administración Pública del Instituto Nacional de Administración, A.C; David Torres, representante de Cáritas Mexicana; Catalina Murillo de la Dirección General de Prevención Social del Delito y la Reconstrucción del Tejido Social; y, Jorge Atilano González, exdirector del CIAS por la Paz.

Contexto y respuestas que anteceden a las REVES.

Las necesidades surgidas con la pandemia de la COVID-19 afectaron todos los órdenes y ámbitos de la vida social. Durante los encuentros para dar seguimiento a los equipos desarrolladores de esta metodología, en colonias y municipios de Veracruz, Monterrey, Acapulco, Michoacán, CDMX, Edo. México e Hidalgo, identificamos cuatro necesidades generadas por la emergencia sanitaria y presentes antes de la aplicación de las REVES, estas fueron:

1) Las afectaciones emocionales, producto del aislamiento voluntario o del fallecimiento de seres queridos.

 2) Incremento de conflictos no resueltos al interior de las familias.

 3) Aumento de los índices de violencia contra las mujeres dentro de sus hogares.

4) La crisis económica familiar y barrial debido a las restricciones laborales y de movilidad.

“Notamos que empezó a incrementar un tipo de violencia contra la mujer o la violencia intrafamiliar. Dentro del equipo, tenemos un psicólogo y empezó a desarrollar talleres por medio de círculos restaurativos.”
Representante de municipio de Escobedo
Nuevo León, 2020
“Lo primero que se notó fue la crisis de los pequeños negocios que, debido al recorte de los horarios, pues, empezaron a perder ingresos y, después, las personas, ya casi no compraron cosas que no eran, pues, de primera necesidad”
Vecino redes vecinales parroquia de Tulancingo
Hidalgo

Ante estas cuatro necesidades se empezaron a pensar respuestas por parte de los ciudadanos con la intención de mitigar el impacto de las problemáticas. Dichas respuestas fueron organizadas por acciones individuales, familiares, institucionales o comunitarias para apoyar a las personas más vulnerables.

“En la parroquia de San José y la Señora de los Remedios en Tabasco se empezaron a realizar las misas solidarias para recaudar despensas y llevárselas a las personas que ya sabíamos que tenían necesidades porque la parroquia las tiene registradas desde hace mucho”.
Representante parroquial de Plátano y Cacao
Tabasco

Para poder implementar estas iniciativas fue necesario apoyarse en tres estructuras desde las cuales las personas empezaron a organizarse para atender la emergencia sanitaria. La primera de ellas fueron los gobiernos municipales a partir de su personal operativo en territorio; la segunda, las parroquias mediante su organización grupal y territorial; y tercero, los grupos de ciudadanos organizados que ya atendían alguna problemática en sus colonias. Las tres estructuras se enfocaban en su mayoría en conseguir donativos económicos o en especie para las familias más necesitadas. En otros pocos casos se realizaban colectas vecinales con la finalidad de apoyar en los funerales de las colonias ante su gran incremento y también en la compra y repartición de medicamentos a las personas contagiadas.

El surgimiento de las REVES durante el contexto de emergencia nacional.

Ante los esfuerzos de las colonias de los municipios de nuestro país y tratando de rescatar el valor de cada uno de ellos para articularlos, en marzo del 2020, las obras de la Compañía de Jesús y los asesores del Gobierno de la Provincia de los Jesuitas en México se reunieron y decidieron implementar las Redes Vecinales de Solidaridad previendo que la situación empeoraría en el país. La metodología de las Redes Vecinales había sido probada con buenos resultados en Huatusco, Ver. desde el componente de Participación comunitaria y se consideró como una opción viable para atender algunas de las necesidades más importantes.

Las reuniones que llevaron a la promoción de las REVES estuvieron acompañadas de un profundo diálogo donde se expuso la necesidad de contar con una estrategia de gestión de la solidaridad que fuera más allá de las muy necesarias campañas de recaudación de donativos y buscar establecer políticas institucionales para el cuidado y rendimiento de los recursos actuales de las comunidades.

“Estamos viviendo una situación que nos sobrepasa; al igual que los Apóstoles, nos sentimos sin recursos para dar de comer a la gente. Lo que sí podemos hacer es seguir las indicaciones de Jesús: poner a disposición nuestros panes y nuestros peces, lo que tenemos, para colaborar en la solución, sabiendo que Èl nos ayuda a realizar milagros y multiplicar bienes”.
José Francisco Magaña
ex provincial de la Compañía de Jesús, marzo 2020

Es así como desde el equipo de comunicación y la dirección del CIAS por la Paz se gesta un primer borrador de la propuesta de las REVES que es publicado el 1 de abril del 2020 y distribuido de manera libre y gratuita entre las obras de la Compañía de Jesús, organizaciones civiles y cualquier otro interesado en la temática. Poco tiempo después se comparte la propuesta con Cáritas Mexicana y la Dirección General de Prevención Social del Delito y la Reconstrucción del Tejido Social de la Secretaría de Gobernación, con la intención de promover la metodología como un recurso con el cual atender la emergencia sanitaria. En el caso de Cáritas Mexicana, deciden convocar a parroquias, organizaciones civiles y feligreses para adecuar las REVES al contexto eclesial mediante un curso impartido por el CIAS por la Paz. Al este espacio de formación asistieron 322 personas de distintas partes del país.

 

La conversación nacida en los encuentros virtuales entre los equipos de vecinos que implementaban las REVES permitió identificar obstáculos y retos por los cuales tuvieron que pasar para llevarlas a cabo.

Uno de los primeros retos fue la actitud de los ciudadanos para enfrentar la emergencia sanitaria. Los ciudadanos, en general, desconfiaban de esta y otras propuestas, sobre todo si era implementada desde los órganos de gobierno local de los cuales no se fiaban, o si su participación en la red vecinal implicaba donar su tiempo y esfuerzo. No todos los ciudadanos lograban mirar la solidaridad como una forma de atender la problemática y preferían valerse de sus propios medios. Otros ciudadanos, aunque se vieran en una fuerte necesidad de alimentación o medicamentos, preferían sufrir en silencio que solicitar ayuda a sus vecinos. Estas actitudes de desconfianza, escepticismo o pesimismo ante la propuesta de organización vecinal de las REVES no eran gratuitas ya que detrás de ellas había historias de fracaso comunitario, desilusión de las autoridades locales o de los propios vecinos en los cuales se había confiado alguna vez y les habían decepcionado. Las situaciones no atendidas y añejadas durante varios años solidificaban la poca disposición de las personas a cooperar y confiar en otros vecinos o en sus autoridades.

“La desconfianza fue un primer elemento que tuvimos que sortear porque muchas personas no confiaban, sobre todo si se sumaba algún vecino que no les cayera bien. Pero con los pocos que se fueron sumando y evidenciando lo que se iba haciendo, otros se animaron a acercarse” (Representante, Unidad Belén Santa Fe, CDMX)

 

Para transformar la poca disposición de los vecinos a organizarse fue necesario, primero, reconocer las heridas comunitarias que existían y no minimizarlas, ni obviarlas. Una vez que los coordinadores de la red identificaban estas historias de desconexión se propusieron superar la desconfianza empezando a trabajar con los pocos vecinos que se animaron a participar, construyendo una estrategia de comunicación que permitiera evidenciar los logros de este pequeño grupo vecinal. Seguido de ello, debían repetir de manera constante y por los medios disponibles, la invitación a los demás vecinos a participar de las REVES señalando que en cualquier momento podían sumar sus esfuerzos. Fue así como otros conciudadanos tuvieron un cambio en su forma de ver la organización vecinal que se estaba gestando y se comprometieron a ser representantes de calles o de sectores.

La clave de este primer momento fue la construcción de confianza y el desarrollo de una estrategia de comunicación efectiva. Además, no generar discursos que dividieran más a las personas o señalaran la falta de participación, sino más bien reiterar que cualquiera podría sumarse con el tiempo del que dispusieran y con lo que quisieran aportar.

Pero no solamente era necesario transformar las actitudes de los vecinos, también fue importante reevaluar las prácticas de las instituciones que se estaban haciendo cargo de atender los efectos de la pandemia. Dicha cuestión no era fácil ya que algunas de las prácticas institucionales estaban arraigadas en el personal que trabajaba en ellas y construir nuevas también suponía un cambio de visión.

En el caso de las autoridades locales o representantes de instituciones, las prácticas que no ayudaban a la organización de las REVES eran la búsqueda de reconocimiento social o de recursos políticos para sus causas u organizaciones. Algunos servidores públicos u organizaciones buscaban capitalizar la metodología como una herramienta que les permitiera darse a conocer rápidamente entre la población o mostrarse como los salvadores de la situación. Cuando esto sucedía el ánimo decaía profundamente ya que los logros de toda una comunidad no eran evidenciados y se veían reducidos al esfuerzo de unos cuantos, lo cual llevaba a que las siguientes acciones perdieran fuerza y apoyo de la población.

En el mismo sentido, existe una costumbre o práctica arraigada de autoridades y ciudadanos en la cual los primeros dan dadivas a los segundos con la intención de ganar su voto o aprobación. Dicha práctica mina la organización comunitaria ya que enseña a las personas a que sus problemas los resuelven las autoridades con regalos como despensas, dinero, becas, etc. Pero no se considera que los problemas son de la comunidad y que también es su responsabilidad hacer algo por atenderlos, creando un clima de apatía y falta de participación.  

“En Tangancícuaro, un problema es el querer ser protagonistas en el proyecto, ya que, esto impide que se vinculen bien las instituciones y obstruye el trabajo, ya que, se empezó a ver como fines políticos y, a estas personas, se les tuvo que empezar a hacer a un lado. También las personas están acostumbradas a que siempre se les lleven cosas, pero sin poner un granito de arena.” (Representante REVES, Tangancícuaro, Michoacán)

Para poder sortear este dilema fue importante que durante un período corto pero sustancial, las personas escépticas pudieran ver a sus autoridades locales u organizaciones trabajar sin el afán de reconocimiento o de dadivas electorales sino con una genuina preocupación por la situación de los pobladores.  Además, la estrategia de comunicación debía poner el foco en la fuerza de la comunidad más que en la participación de actores políticos o incluso empresariales. Sin embargo, esto no significaba dejar de agradecer el apoyo que daban, siempre y cuando fuera igual de significativo que el dado a la comunidad organizada. Los lugares en los cuales pudo darse esta sinergia de trabajo se abrieron más posibilidades de colaboración entre ciudadanos y autoridades ya que se habían sentado bases de confianza y la comunicación que lo permitían.

“Las REVES en el municipio de Escobedo, fueron, o son de gran valor, porque nos ayudaron a estar muy, muy cercanos de la ciudadanía y atender las necesidades específicas de cada barrio sin tratar de ser protagonistas, sino que las mismas personas fueran las que resaltaran, eso era lo importante.” (Representante municipio Escobedo, Monterrey)

 

También fue necesario cambiar las prácticas de afrontar aisladamente los traumas causados por el contagio o muerte de familiares y amigos. Los encargados de las REVES, por medio de las redes sociales y carteles en las calles promovían el cuidado de la salud mental como una forma de mantener el bienestar en las familias. Con el paso del tiempo y la reducción de la movilidad los pobladores estaban enfrentando situaciones complejas en sus hogares al mezclarse trabajo, escuela, ocio y toda la vida cotidiana. Y para afrontarlo, se llevaron a cabo espacios de contención emocional familiar en el cual se expresaban sentimientos y emociones con el apoyo de redes de psicólogos que se sumaron a la iniciativa. En este sentido, fue muy importante la promoción constante de la salud mental y sus beneficios ya que, aunque los talleres existieran y los psicólogos apoyaran, si las personas no les veían utilidad no asistían a ellos.

Además, en algunas localidades lograron establecer espacios de formación en habilidades para construir acuerdos familiares mediante una metodología de círculos familiares desarrollada por el CIAS por la Paz y, en otros casos, construyeron espacios virtuales recreativos y de ocio para vincular a los vecinos y familiares. Las parroquias, por su parte, establecieron horarios para dialogar y crecer en confianza con los vecinos a partir de la oración y la promoción de la solidaridad con los más necesitados.

“En Huatusco, se ha acompañado en temas de autocuidado emocional y físico. En la red se han sumado psicólogos y otras personas que apoyan para que las familias de las colonias se encuentren mejor. Y, en alianza con la Universidad, se han dado temas de nutrición para fortalecer el sistema inmunológico”. (Representante Huatusco, Veracruz)

En cuanto al tema económico se llevaron a cabo algunos esfuerzos para construir prácticas que permitieran a los pobladores mantener la economía local y los negocios a flote. Primero, se hicieron campañas de promoción en el cuidado de los locatarios y sus clientes sugiriendo cómo podrían funcionar sus negocios con la nueva normalidad, esto fue muy importante porque muchos comerciantes no tenían idea de cómo podían cumplir la normatividad sin quedarse sin recursos. Además, se construyeron mapas de redes económicas locales en las cuales las personas podrían encontrar lo necesario para sobrevivir a la pandemia sin necesidad de recurrir a comprar en centros comerciales que los ponía en mayor riesgo. Por último, las jornadas de trueque, fueron una actividad importante al permitir que las personas intercambiaran bienes, alimentos y su trabajo; así se ponía la cuestión de la solidaridad en un nivel diferente al económico y entre la población se reconocían el valor de cada persona.

De todas las prácticas que se tuvieron que ajustar o transformar destaca la promoción de la corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanía, a partir de la identificación de las responsabilidades de cada parte y el mejoramiento de los canales de comunicación para mejor atender las necesidades.

Aun cuando fue posible desarrollar todo tipo de experiencias exitosas desde las redes vecinales, en los proyectos de reconstrucción del tejido social del CIAS por la Paz ha sido un desafío sumar a las personas escépticas a este tipo de procesos. La desconfianza sigue siendo una de las condiciones que reina en nuestro territorio nacional; según el latinobarómetro 2019 más del 70% de la población encuestada en México no confiaba en sus vecinos. El dato anterior es relevante pues todo proceso comunitario e institucional depende del nivel de confianza y comunicación que pueda generarse entre sus miembros. En las colonias donde se operaron las REVES, existen historias de fracaso y decepción que justifican este desapego con los vecinos y los problemas comunitarios. 

Reconocimos en el proceso modos culturales y estructurales de mirar la relación entre ciudadanos, organizaciones y autoridades que no ayudaban a la articulación. Tal era la expectativa de los vecinos de recibir algún tipo de retribución por apoyar las redes vecinales, en vez de proponer un modo de articularse y sumar esfuerzos. O también, la costumbre de las autoridades de otorgar beneficios solo a algunas personas de las localidades. El espacio creado por las REVES permitió que los ciudadanos transformarán de manera positiva su perspectiva sobre sus autoridades y que estos últimos tuvieran la oportunidad de mirar la necesidad de trabajar en conjunto con la ciudadanía. Así, se consiguió elaborar un imaginario en el cual todos somos corresponsables de nuestras problemáticas y necesidades en diferentes niveles y celebramos juntos nuestros logros.

La importancia de construir este tipo de visión fue que a cada persona, autoridad o representante de institución, se le reconoce sus aportes de manera pública, pero también se comparten entre ellos las complejidades del proceso y se encuentran soluciones consensuadas a los diferentes retos.

Hacia el futuro de la organización comunitaria.

Los cambios en actitudes de cada actor y también en las prácticas de las instituciones fueron un elemento clave para el desarrollo de las REVES, sin embargo, estos cambios no se sostendrán en el tiempo sin la adecuada consolidación de apoyos materiales, económicos, pedagógicos, humanos, narrativos, etc., que permitan su consolidación en la vida cotidiana de las personas. 

Un ejemplo de ello son los procesos relacionados a la Economía Social y Solidaria, que se intentaron implementar desde las instituciones y grupos de vecinos, pero con pocos resultados positivos. Aun cuando se logró crear algunas redes de locatarios o productores locales, sigue siendo un reto desarrollar una metodología sencilla pero contundente para organizar y fortalecer a los pequeños empresarios y locatarios. Para ello es necesario lograr que estos actores económicos vean la viabilidad y utilidad de este tipo de propuestas; sin ello no será posible instalarlas dentro de las comunidades como una práctica común.

Otro aspecto importante es capitalizar la confianza generada por estas redes vecinales para promover dentro de cada territorio propuestas de reconstrucción del tejido social orientadas por las necesidades más sentidas de todos-as y un proyecto común. La respuesta ante la crisis fue buena en casi todos los lugares en los cuales se implementó la metodología de las redes vecinales, sin embargo, poco a poco muchas de ellas han perdido fuerza debido a que la realidad se ha transformado una vez más y las necesidades junto con ella. Por tanto, se debe construir una estrategia y agenda con temas relevantes para cada localidad y continuar con un proceso de capacitación que les permita abordarlos, para generar la percepción y narrativa de que es posible cambiar las situaciones negativas. Además, será importante que el protagonismo del proceso siga dentro de las comunidades y superar, incluso, a las administraciones locales o liderazgos que pongan sus intereses personales por encima de las necesidades de la mayoría. Sobre todo ahora que nos encontramos frente al proceso electoral más grande de nuestro país y todas estas prácticas partidistas se ponen en juego.  

Las REVES fueron una propuesta idónea para responder la primera parte de la emergencia sanitaria, sin embargo, las necesidades han cambiado en la denominada “nueva normalidad” e implica nuevos retos para atenderla en términos educativos, de vinculación vecinal, seguridad, fortalecimiento de las economías locales, regreso a los espacios laborales y atención de los traumas que ha dejado la perdida de tantos seres queridos.

La forma de transitar por toda esta situación sigue estando en las manos de los cientos de personas organizadas en estas redes vecinales, las autoridades e instituciones que las acompañan y los empresarios que aportan a su consolidación. Así como en los miles de otras personas que han puesto su granito de arena aun cuando no exista ninguna red en sus localidades. La implementación de las REVES ha ayudado a que se reconozca la responsabilidad de cada actor ante una crisis y aprender a colaborar para responder a ella, sanando en el camino las situaciones que nos han desconectado. Ya veremos hasta dónde llegaremos con estos esfuerzos y, en definitiva, es nuestro encargo como Centro de Investigación y Acción Social, dar cuenta de ello.

Bibliografía

CIAS (2020), REVES en mi calle, México. CIAS

Latinobarómetro (2018), Informe Latinobarómetro 2018, Santiago de Chile, Corporación Latinobarómeto.

Foro: Redes Vecinales de Apoyo Solidario para la Recosntrucción del Tejido Social, organizado por la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos. En : https://www.facebook.com/watch/live/?v=2658886547761015&ref=search

CIAS, (2020), Documento interno de compilación de aprendizajes de encuentros REVES. 

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