Margarita Equihua Equihua

Margarita Equihua Equihua, 46 años.

Vive en la comunidad de Uringuitiro del municipio de Tancítaro. Es madre soltera, tiene una hija de 24 años que está casada y actualmente vive en EUA. Margarita es presidenta del comité del comedor comunitario de su comunidad, se dedica al cultivo de diferentes productos agrícolas, hongo zeta, y tiene la intención de consolidar un proyecto para una panadería.

Margarita ha decidido formar parte del equipo de emprendedores que empatizan con la propuesta de Economía Social del Programa de Reconstrucción del Tejido Social en Tancítaro. Ha intentado desarrollar durante 6 años un proyecto de producción de lombricomposta y de hongo “z” con algunos resultados significativos que se han visto reflejados en beneficios económicos para ella. Durante este tiempo se ha esforzado por buscar alianzas, apoyos y más personas interesadas en desarrollar la idea de negocio que tiene. Se formó por primera vez en economía social en el año 2016. Uno de los elementos que llamaron su atención fue la estructura de las empresas de economía social y solidaria y el hecho de considerar a las personas como centro y fundamento de este modelo.

“…La primera junta que hubo aquí, a mí me interesó porque yo ya tenía un proyecto, pero no tenía ni pies ni cabeza, lo tenía iniciado, es la lombricomposta y el cultivo de hongo zeta y había invitado a personas a mi casa, que es donde lo tengo, que es la suya. Y no miraba mucho interés, pero luego como me eligieron como presidenta del comedor comunitario, pensé que a ver si aquí llamaba la atención y que de alguna manera la gente se interesara. Fui creciendo, así como para acá y pensé que podrían darnos asesoría en cómo tratarnos porque la primera cosa que veo es que no nos podemos tratar como seres humanos unos con otros, entonces, eso fue, el tratar de armarlo, porque yo tenía la idea y lo estaba trabajando, pero no tenía idea de cómo seguirlo, ni que hacer.”

A partir de que Margarita decide recibir acompañamiento para el desarrollo de su proyecto con el enfoque de los principios y valores de la economía social, se da cuenta que había un gran potencial en el modo comunitario de ver el desarrollo empresarial.

“…Quería agarrar un poquito la ventaja en ese sentido de que nos asesoraran y de enrolar a más gente, ya cuando se da a conocer más, enrolar más gente, mirando la ventaja.”

El desarrollo comunitario al que aspira Margarita tiene que ver con el trabajo en comunidad y colectivo. Como parte fundamental de este desarrollo considera que la promoción y difusión de los proyectos en diferentes espacios y con diferentes actores e instituciones son clave. Se da cuenta de que el desarrollo empresarial, que hace énfasis en cuidar los procesos comunitarios y medioambientales, son mejores, pero al mismo tiempo más lentos y complejos.

“…En la comunidad, todavía no veo mucho avance, yo espero ver mucho más adelante, es mi intención. Que, de hecho, es beneficio para la comunidad, para los niños, las señoras, pero ahorita lo que noto es que sí hay más personas interesadas, si antes éramos dos, ahora tal vez seamos cinco. Entonces, pienso que poco a poco sí se va incorporando más gente. Y la otra, pues como es por el comedor, sí se está mirando más, en la presidencia no me volteaban a ver para nada y ahorita sí, yo pienso que es parte porque como es el comedor, pienso que esa es una de las razones y no porque me den ayudas, porque yo no busco ayudas, yo pienso que en la vida hay que ganarse uno lo que quiere, o sea, uno ama más lo que le está costando que lo que le dan. Entonces no quiero ayudas, pero sí quiero que entre más gente lo mire, va a llamar más la atención y de esa manera se apoya más, en el sentido emocional para las personas, yo no me baso tanto en el dinero, pero si viene que bueno, también es bienvenido.”

Margarita sueña con generar un cambio cultural en su comunidad; quisiera cambiar el modo de percibir los roles que las mujeres deben desempeñar en la sociedad. Desea conformar un grupo de mujeres empresarias que encuentren, además de desarrollo económico y laboral, un sentido más profundo a su vida y mejor convivencia entre sus familias y vecinos.

“…tenemos un gran sueño con las señoras, quisiéramos, ahora sí, demostrar que podemos hacer muchas más cosas, es el sueño que tenemos. Queremos demostrar que estamos hechas para mucho más que cambiar pañales y cuidar una casa, podemos mucho más, eso es hermoso, de esa manera también podemos transmitir a nuestros hijos que se puede hacer más.”